sábado, 26 de mayo de 2012

Nube solitaria

Apareció  por la tarde.
Viajaba sola y sin prisa.
Estaba sana, rechoncha.
Se la veía joven y era mas bien pequeña.
Volaba baja y parecía mirar hacia el suelo, como si hubiera algo que buscase. 
La había visto venir y como no tenía nada que hacer, me quedé mirándola mientras se acercaba.
Cuando llegó a donde yo estaba se paró.
Nos quedamos los dos mirándonos sin decirnos nada.
Así estuvimos un buen rato, hasta que el Sol comenzó a acostarse.
Sus últimos rayos, iluminaban dos colinas prietas como labios, pintándolas de carmín. 
Se puso en movimiento hacia ellas, pero antes de perderla en la noche pronta se detuvo un momento, una pequeña traza blanca se desprendió de ella y acudió hacia mi envolviéndome de blanco.
Al poco se disipó y volví a verla. 
La nube ya muy chica, se posaba entre las dos colinas de boca roja.








La noche la ocultó y a mi de ella.

Mientras caminaba hacia casa, me acordé de aquella vez que siendo un chabal pensé que aquí no se me había perdido nada y conseguí embarque como marinero en un barco en el puerto de Pasajes.
Pero en el último momento no lo hice y me perdí en tierra.
Si, creo que hablamos de eso sin palabras.
Te deseo buen viaje, pequeña nube solitaria y viajera.